Camino al Sur de Chile, no debemos olvidar este maravilloso rincón de la cordillera de los Andes. Está situada muy cerca del paralelo 37º Sur en la VIII región del Biobío. Es al fondo del valle de las Trancas donde nos encontraremos el macizo tricúspide denominado en su conjunto: Los Nevados de Chillán. Lugar de referencia del esquí chileno, también lo es para nosotros como esquiadores de montaña o randoné, como lo denominan los chilenos.
Indice del Artículo
– Introducción
Dicho macizo dibuja un eje principal de Noreste a Suroeste, delimitando dos vertientes bien diferenciadas Este y Oeste (de forma genérica). Lo corona una gran mole llamada Cerro Blanco, con 3.212 m, más conocido como el Nevado de Chillán. Posee un pequeño glaciar con orientación Suroeste, que llega a los 2.500 m aprox. Al Sur tenemos dos conos volcánicos el Chillán Nuevo (3.122 m) actualmente en activo y el Chillán Viejo (3.089 m). Complejo estrato volcánico muy activo, la última erupción importante tuvo lugar en 2.016 en el Chillán Nuevo.
Chillán en lengua mapudungúm, la lengua de los Mapuches, significa “la silla del Sol”. Su alusión al astro rey nos sugiere un clima benigno con estables anti ciclones. Cuanto menos, montaña de contrastes, con sus más de tres mil metros alberga desde las aguas calientes y las fumarolas, hasta las nieves perpetuas del Cerro Blanco.
– El clima de los Nevados de Chillán
Su clima es templado cálido (también denominado Clima Mediterráneo) muy similar al de las montañas del Sur de Europa y del Sur de Norteamérica, con una estación lluviosa -de mayo a septiembre- y una estación seca bien marcada en el verano austral. Por lo tanto la estación lluviosa coincide con el otoño y el invierno. Hasta un 70% de las precipitaciones pueden llegar a ser en forma de nieve en el macizo. En junio cada vez es más raro que nieve profusamente, pero es importante por preparatorio. Puede tardar más o menos en llegar la nieve a la cordillera, tener un mes de julio malo de nieve, pero raro es que no se pueda esquiar en agosto.
Se puede afirmar que es muy rara la sequía invernal en estas latitudes, teniendo en cuenta que estamos en la vertiente andina que mira al pacífico.
La temporada de travesía podemos decir que abarca desde julio a octubre ambos inclusive, dependiendo del año, del fenómeno del Niño, la Niña y de los caprichos de la Pachamama. en mi opinión los mejores meses para esquiar serán agosto y septiembre.
– Sus bosques
En cuanto a los bosques, están formados por cohihues, robles, raulís, ñirres, abellanos y radales, entre otros. Más frondosos en la base cordillerana (sin llegar a la frondosidad de la selva valdiviana del Sur, por ejemplo), van espaciándose según nos acercamos al limite andino (monte abierto). Por lo tanto son relativamente transitables con nuestras tablas en determinadas áreas. Aunque siempre es recomendable usar las sendas y veredas cuando iniciemos nuestras rutas de esquí por zona boscosa. El limite entre el bosque y la zona alto andina lo tenemos entre los 1.800 y 1.900 m. de altitud.
– Particularidades del esquí de montaña en los Nevados de Chillán
La particularidad que yo destacaría en el macizo, y más a partir del 2.016, es la alta actividad volcánica del complejo. Por suerte el nuevo cráter que se creo en el Chillán Nuevo tras la última erupción, no mira al valle de Las Trancas sino que está orientado al Noeste. Por lo tanto es la vertiente Este la más afectada y con mayor peligro potencial. Así, el centro de esquí y los sectores más poblados -dentro del área de influencia- están en la vertiente Oeste.
A los volcanes activos en Chile, muy bien monitoreados por el Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN Complejo Volcánico Nevados de Chillán), se les adjudica en todo momento un nivel de alerta técnica representado en cuatro colores. La alerta verde no conlleva asociada ninguna restricción de acceso. La amarilla suele asociar un radio preventivo de acceso de un kilómetro alrededor del cráter que está en ese momento activo. En la naranja el radio preventivo es más amplio, de unos tres kilómetros o superior. Y por último está la alerta técnica roja, donde se podrían plantear planes de evacuación de las zonas pobladas aledañas al complejo volcánico.
Siempre os recomendaremos acudir a las fuentes oficiales para tener bien claro cuales son las restricciones que rigen en el macizo en cada momento. Yo siempre digo que un volcán avisa, un terremoto no.
– Ceniza, viento y nieve: mala combinación
Ahora vamos a combinar tres factores importantes que pueden condicionar nuestra experiencia como esquiadores andinistas en estas montañas. Por un lado la actividad volcánica, en concreto la expulsión de ceniza, el viento y la nieve. La expulsión de cenizas del nuevo cráter, junto a su dispersión por el viento afectan de forma muy negativa a nuestra actividad como esquiadores. La nieve con esa capa de ceniza en superficie gana en resistencia y fricción, por lo que puede estropearnos significativamente cualquier descenso. Deberemos esperar a la siguiente nevada para poder deslizarnos con nuestras tablas.
Por otro lado, y ahondando en estos tres factores, ¿puede la ceniza volcánica desestabilizar el manto níveo? En conversaciones con nivólogos andinistas la conclusión es que no hay evidencias al respecto. Si es más evidente que acelera el proceso de fusión general al oscurecerse el manto tanto internamente como en superficie a lo largo del invierno y primavera.
– El viento y la nieve
Los vientos casi siempre fuertes en altura, vienen mayoritariamente del Oeste, unas veces con cierta orientación Norte (más cálidos) y otras con influencia Sur (más fríos).
Pero una vez que chocan con las partes altas de la cordillera cambian su dirección original y pierden parte de su fuerza. Con este cambio de dirección y perdida de fuerza los depósitos de nieve resultantes aumentaran su peligrosidad potencial debido a la formación de las temidas placas de viento.
Por lo tanto debemos de estar muy atentos en las laderas independientemente de su orientación. Es muy importante averiguar por las señales superficiales como han sido esos depósitos, siempre muy variables a nivel de ladera.
Pongamos ejemplos para ilustrar lo dicho. En episodios de grandes nevadas, la carretera del valle en su tramo final se puede ver afectada por avalanchas procedentes de su ladera Norte colindante muy inclinada. Avalanchas por cierto del todo espontaneas (sin intervención humana) y de grandes dimensiones que cortan la carretera. Otro lugar a reseñar es la canal de Pirigallo. Sus laderas Sureste se ven muy afectadas por aludes de placa fundamentalmente. Y sin embargo en las de enfrente, con cierta orientación Noroeste, los procesos de movimiento de nieve tiene más que ver con los aumentos de temperatura y su gran inclinación.
El problema es que no existe entidad pública ni privada que elabore boletines públicos de peligro de avalancha (BPA) para el macizo. En ocasiones muy excepcionales se difunden avisos por peligro extremo en la zona. Y el lugar hay que decir que lo merece, con un centro de esquí ciertamente expuesto y con fueras de pista peligrosos. Es el caso de la canal del Pirigallo. De fácil acceso con la silla Otto es muy frecuentada por los más osados esquiadores.
– Los escoriales
Moverse por laderas de escoria volcánica tiene sus peligros objetivos y peculiaridades. Debido a la acumulación caprichosa del material eruptivo muchas veces se convierten en pequeños laberintos con cambios bruscos de dirección, o pequeños “sube y baja” que dificultan y retrasarán ostensiblemente nuestro avance. Por eso es importante elegir bien la traza de nuestra progresión en dichos terrenos. Esto puede resultar difícil en zonas bajas donde no tenemos la perspectiva suficiente que nos permite orientarnos correctamente. Eso nos pasará por ejemplo en el acceso por Shangri-La una vez superado el bosque.
Otra peculiaridad de estos terrenos está relacionado con los procesos de deshielo y rehielo muy comunes en condiciones primaverales.
La captación y conducción del calor a través de la roca volcánica provoca el deshielo de la capa de nieve que se encuentra más cercana a la roca. Esto repetido sucesivamente, deja en ocasiones grandes huecos entre la roca y el subsiguiente manto que fue tomando grosor a lo largo de las sucesivas nevadas. Explicado muy someramente. Podemos verlo en los huecos en uve que se forman entre la roca desnuda y el manto en terreno inclinado, por ejemplo. Pero también el manto puede estar hueco y no ser visible, en determinados puntos o áreas con equilibrios débiles al estilo de los puentes de las grietas glaciares. Eso si, con menores dimensiones. Ahora bien, los accidentes con esta causa son relativamente frecuentes en terreno volcánico.
Para terminar me gustaría comentar de forma breve otra peculiaridad no menos importante de los escoriales. Estas formaciones caprichosas en ocasiones son evidentes trampas de terreno que en función del tamaño e inclinación -propia y del terreno colindante- son potencialmente muy peligrosas en lo que a avalanchas se refiere. Son claras zonas de deposito y acumulación de nieve susceptibles de venirse abajo.
– El acercamiento a los Nevados de Chillán
El acercamiento al macizo lo haremos por el Oeste, por el Valle de las Trancas. Luego es esta vertiente la que más transitaremos con nuestras tablas. En el fondo del valle tenemos el centro de esquí y el complejo turístico de Termas de Chillán, justo debajo del Chillán Nuevo y Viejo. Esto nos condiciona sobremanera el acceso a este sector y a los valles contiguos. Visita la web del centro de esquí: nevadosdechillan.com
Como accesos vehiculares para poder empezar a foquear tenemos fundamentalmente tres. Los dos accesos por el centro de esquí y Shangri-La. Los dos primeros te dejan más cerca del Chillán Nuevo, Chillán Viejo y los valles contiguos.
– Los Accesos
El acceso por Shangri-La (entre los 1.300m y los 1400 m) es el más occidental de los accesos. Resulta ser camino de ripio siendo recomendable el uso de 4×4. Como tal no existe parquing habilitado, en función de la nieve, se deja el coche escorado lo mejor que uno pueda. Esta es una de las opciones más interesantes para acometer la ascensión al Nevado de Chillán (cerro Blanco). Ya os adelanto que es largo y relativamente complejo, aunque en principio no lo parezca.
El acceso por los estacionamientos del centro de esquí, que está bien en medio, plantea diversas cuestiones. La fundamental es la de evitar las pistas de esquí, más que nada en ascenso. La estación suele ofertar la posibilidad de tomar un andarivel de subida para sus dos accesos principales. Lo cual puede estar condicionado por diferentes factores. Por ejemplo por el estado del volcán Chillán Nuevo, que cuando las autoridades declaran alerta naranja no se vende el ticket de una subida para la silla Otto.
El parquing superior Plaza Otto, situado a una cota de 1.710 m. nos dejara bien posicionados para acceder al Chillán Nuevo, Chillán Viejo y los valles aledaños de Valle Hermoso y la cabecera del estero Diguillín. Es en este último donde tenemos multitud de afloramientos de aguas termales.
El parquing inferior Plaza Tata, cota 1.530 m. está bien centrado. Es el acceso natural al refugio no guardado de Garganta del Diablo. Puede ser origen de cualquiera de los tres gigantes del macizo, el problema radica en que no hay manera de evitar el tramo final de la pista de esquí de Las Tres Marías.
En cada una de las rutas que publiquemos os comentaremos las posibilidades que tenemos para superar el dominio esquiable de la estación. Y también cualquier otra cuestión que nos ayude a llevar a buen termino la ruta.
– Rutas publicadas en los Nevados de Chillán:
Ruta de esquí de montaña al valle de Aguas Calientes 1
Ruta de esquí de montaña al valle de Aguas Calientes 2
Ruta de esquí de montaña al Pirigallos
Ruta de esquí de montaña al Nevado de Chillán 1
Ruta de esquí de montaña al Nevado de Chillán 2